La palabra crisis se puede definir como una “situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso”. Por lo tanto, una crisis económica se trata de una situación grave para la economía. Técnicamente, una crisis económica se puede definir como la parte del ciclo económico en la que se produce un decrecimiento considerable de la economía durante un periodo prolongado.
Las crisis pueden ser locales o globales. Un ejemplo actual y fácil para identificar una crisis global es la pandemia de coronavirus que tuvo un impacto a nivel mundial. Si bien actualmente por la globalización las crisis tienden a ser mundiales también existen las locales que apuntan a situaciones que tienen mayor impacto en el país donde se producen como cuando en Argentina por ejemplo, cambia el titular del ministerio de economía.
Pese a que muchas veces pareciera que esas variables y números que debaten los analistas y se escuchan mucho más en momentos de crisis son lejanas, tienen impacto en toda la población económica. Quizás la forma más fácil de advertirlo es la inflación que tiene un impacto en nuestro bolsillo. El aumento generalizado de precios hace que nuestra moneda se deprecie, es decir, que cada vez valga menos. En pocas palabras, el mismo billete alcanza cada vez para comprar menos cosas y por lo tanto, nuestro poder adquisitivo como consumidores se reduce. Sumado a esto, las crisis también impactan en otras variables como el mercado de trabajo, suele aumentar el desempleo, o la falta de crédito ya que los financiadores adoptan una actitud más conservadora ante contextos volátiles.
Contexto económico mundial post pandemia y argentino
La pandemia irrumpió de manera inesperada y su impacto fue a nivel global. En Estados Unidos, la inflación alcanzó su punto más alto en 40 años y se ubicó en un 9,1% anual. El aumento anual de los precios está muy lejos de donde se encontraba antes de la pandemia y de la tasa de inflación objetivo de la Reserva Federal del 2%.
A su vez, luego llegó la guerra en Ucrania que produjo fuertes incrementos en las commodities o en la energía. Además, impactó en el valor del euro: la moneda cayó a sus niveles más bajos hasta tocar paridad con el dólar, situación que no ocurría desde 2002.
En Argentina, la inflación tiene dinámica propia pero también alcanzó un récord desde la convertibilidad. En Agosto, y por segundo mes consecutivo, se ubicó en un nivel de 7% o más y las estimaciones privadas muestran que la anual se encamina a las tres cifras. Mientras que en el primer semestre la mayoría de los países experimentó un fogonazo inflacionario por una conjunción entre los efectos de la pospandemia, el impacto de la política monetaria expansiva para mitigar los efectos del Covid-19 y el conflicto en Ucrania, los números de la región muestras cierta estabilización de la cual nuestro país se diferencia. Para citar solo a modo de ejemplo, Brasil logró en julio una caída del 0,68%, el primer registro de inflación “negativa” luego de 25 meses consecutivos en alza. En Bolivia el dato acumulado anual en agosto fue 1,6. Por lo tanto, la inflación de la Argentina en los últimos dos meses fue cuatro veces más alta que la suba de precios que se registró en Bolivia en todo un año.
¿Cómo me preparo para una crisis?
Es difícil estar preparado para una crisis. Sin embargo, existen algunos consejos para poder enfrentarlas lo mejor posible. En primer lugar tener nuestras finanzas económicas ordenadas y contar con una reserva de emergencia como es recomendable hará que contemos con un extra de recursos para atravesar la situación ya que no es posible saber cuánto durará una crisis cuando comienzan.
Por otro lado, uno de los primeros consejos es buscar estar informado, saber qué está pasando no solo en nuestro país, sino también en contexto económico mundial para saber qué medidas se pueden tomar para proteger nuestros ahorros.
Existen muchas maneras de mantenerse informado. Quizás lo más fácil es estar al tanto de las diferentes variables económicas que tienen impacto en nuestra vida diaria: la inflación o las variaciones en el tipo de cambio, sobre todo del dólar. En Argentina, son temas que ocupan los diarios cotidianamente pero también se pueden seguir mediante los organismos oficiales. Pero se puede incluir también la tasa de interés del Banco Central ya que de eso dependerá la tasa de endeudamiento tanto en tarjetas de créditos como en cualquier otro crédito que adquiramos. Sumado a esto, se pueden seguir los movimientos de commodities, instrumentos financieros o carteras de inversión en páginas especializadas.
¿Qué hacer con los ahorros y con el dinero invertido?
Debido a la alta inflación, en Argentina es frecuente ahorrar en alguna moneda fuerte. Los ahorros que aún no fueron invertidos, entonces, podemos mantenerlos en una moneda como el dólar o el euro. Pero no es la única opción, también se pueden colocar en Fondos Comunes de Inversión (FCI), también conocidos como “money market”. Son fondos de disponibilidad inmediata, es decir, que es posible disponer de nuestro dinero de forma instantánea cuando lo deseemos pero mientras permanecen allí generan rentabilidad.
¿Qué activos y reservas de valor suelen funcionar en tiempos de crisis?
En momentos de crisis y contextos volátiles, es mucho más segura la renta fija que la renta variable. Pese a que todas las inversiones implican un riesgo, teóricamente, debería ser menor en este tipo de rentas porque como su nombre lo indica, la rentabilidad es fija. También vale aclarar que, a menor riesgo, menor rentabilidad y aunque su riesgo sea menor, muchas veces este tipo de activos no resultan inversiones atractivas.
Algunas de las opciones a las que podemos recurrir para nuestro dinero invertido son:
- Bonos del Tesoro o bonos corporativos de Estados Unidos.
- Comprar metales preciosos, como el oro y la plata. El oro es el principal activo refugio del mundo porque se caracteriza por aumentar de valor en épocas de incertidumbre. Sin embargo, suele estar valorizado en dólares por ser la moneda de reserva mundial, que en las crisis también puede fortalecerse.
- Tener acciones de compañías anticíclicas como empresas de servicios básicos o consumo masivo.
- Comprar propiedades inmobiliarias.
Además, es recomendable diversificar tu cartera de inversiones, es decir, no aportar y apostar todos tus ahorros a una sola opción para evitar perderlos en caso de que no funcione.
La volatilidad que se produce en los mercados cuando estallan las crisis económicas genera riesgos pero también oportunidades. Los más arriesgados se atreven a invertir en aquellos mercados que, en tiempos de crisis, pueden generar grandes rentabilidades pero también grandes pérdidas, para poder determinar cuales son los sectores más afectados es importante identificar el origen de la misma.